viernes, 29 de julio de 2011

CADA MOMENTO ES UN MOMENTO ESPECIAL

Cuenta una historia que hace muchos años, el sabio filósofo chino Confucio (el que inventó la confusión, según miss Panamá -aquí tenéis un vídeo impagable-) animó a uno de sus discípulos a caminar con él por un bosque. Mientras el maestro paseaba silbando distraídamente, observando con atención los árboles y los pájaros con los que iba cruzándose por el camino, su acompañante estaba nervioso e inquieto. El bosque se le antojaba oscuro y peligroso, y no tenía ni idea de adónde se dirigían. Tras varias horas de caminata y harto de esperar, finalmente el discípulo rompió su silencio y le preguntó: "¿Maestro, adónde vamos?". Confucio se paró y giró en seco para mirar a los ojos de su acompañante. Y con una amable sonrisa dibujada en el rostro, le contestó: "Ya estamos".

lunes, 25 de julio de 2011

¿Has escuchado el GONG?... Yo no.



Hace algunas semanas me llegó un correo electrónico de una amiga en el que se anunciaba el Festival Gong 2011. Desde el primer momento me llamó la atención por el tipo de música y, especialmente, por el lugar de celebración de los conciertos: el interior de les Coves del Salnitre en Collbató.
Con mucha facilidad conseguí que tres amigos decidiesen acompañarme al concierto de Luis Paniagua, el sábado 23 de julio, así que inmediatamente compré las 4 entrada a 25 euros cada una. A priori, muy caras pero podía ser algo especial.

Llegado el día del concierto previsto para las 21 horas, los asistentes nos agolpábamos en la puerta porque aún no habían abierto. Pasadas las 9 de la noche comenzamos a entrar por lo que la actuación no comenzó hasta casi media hora más tarde. Además, como no había sillas numeradas ni una fila organizada, cada cual se sentó donde pudo sin haber ninguna ventaja de haber llegado antes o después o haber comprado la entrada con antelación o a última hora.
Mis compañeros y yo nos sentamos en la primera fila de la sala de la entrada, es decir algo lejos del escenario pero aún así en un lugar digamos de “privilegio”.

Las primeras palabras del actuante prácticamente no pudimos escucharlas por el escaso volumen sonoro que llegaba hasta nuestra posición en la cueva. En el momento que parecía que debía sonar algún instrumento no sabíamos si estaba afinando o haciendo pruebas o tocando porque prácticamente no escuchábamos nada. El más mínimo susurro o movimiento en las sillas impedía por completo escuchar la actuación. Llegada la mitad de la velada Luis Paniagua comenzó a explicar las características de los instrumentos que usaba pero a duras penas escuchábamos palabras sueltas de su discurso, hasta el punto que una mujer que asistía al concierto tuvo la valentía de levantarse y decirle al músico que no se oía nada de nada. Éste apenas supo disculparse y dijo cosas insólitas como que la gente no hiciese fotos para que no se oyese el “clic” de las cámaras (casi nadie hacía fotos) o que nos acercásemos más al escenario (cosa imposible) o que, por las características de los instrumentos, tenían un sonido poco potente.

Es evidente que si los instrumentos son poco potentes, desde el punto de vista de volumen sonoro, la actuación se debe limitar a salas con un aforo más pequeño y cercano o bien se deben de utilizar altavoces.

Es lamentable que cobren 25 euros por una entrada a un concierto (ya caro de por sí, pero que cada cual elige si quiere pagar o no) en el que la actuación se queda para consumo propio del músico. No se de quien es la culpa, si del músico por no darse cuenta que su potencial instrumental y de voz no es suficiente para abarcar un espacio de esas dimensiones o de los organizadores por no valorar previamente los mismos elementos o de ambas partes.

Nadie de la organización dio la cara para pedir disculpas y nadie planteó la posibilidad de devolver el dinero de las entradas pese a haber incumplido su parte del contrato: permitir a los asistentes escuchar una actuación musical.

No se si los que estaban más cerca del escenario disfrutaron del concierto, pero una inmensa mayoría lo sufrimos. En definitiva, un cero absoluto para todos los organismos que han participado en la organización del concierto, así como para las personas con responsabilidad dentro de la organización.

Lo que podría haber sido una noche especial se convirtió en un tiempo perdido y un robo desde el punto de vista material.

Lo correcto, desde todos los puntos de vista, sería que se devolviese el dinero de las entradas o, cuando menos, se ofreciese una disculpa formal a todos los que hemos comprado las entradas por internet, ya que disponen de nuestros correos electrónicos a través de los cuales, por cierto, nos han enviado publicidad posteriormente.

viernes, 15 de julio de 2011

Estúpidos y/o CATetos.


El portavoz del Govern de la Generalitat de Catalunya, Francesc Homs, ha animado a los catalanes a llevar el distintivo CAT en la matrícula del coche particular ocultando si es preciso la 'E' de España. La noticia, publicada en todos los medios de comunicación se puede ver en el siguiente enlace del diario La Vanguardia

No voy a entrar en valorar si creo que se debe llevar el CAT o la E (eso sería perder el tiempo), lo que si que está claro es que un dirigente político no puede promover que se vaya en contra de las leyes establecidas. Si no está de acuerdo con ellas debe utilizar los tramites legales para cambiarlas.

La situación de Catalunya, y de España en su conjunto, no está como para perder el tiempo discutiendo estas nimiedades; los políticos y los ciudadanos en general deben prestar toda su atención y esfuerzos a intentar salir de la crisis que vivimos, que no es solo económica (no es solo el dinero que llevamos en el bolsillo), afecta a la educación, la sanidad, los derechos laborales, la vivienda, etc.
No podemos perder el tiempo hablando de adhesivos y olvidarnos del paro, de la corrupción (que mire entre sus compañeros de partido o de gobierno), de los dramas personales de muchos ciudadanos a los que el gobierno del Sr. Homs debería dedicar todos sus esfuerzos.
Aparte de que seguir fomentando diferencias con aquellos que están en nuestro mismo barco no es lo más adecuado para salir adelante. Primero tenéis que luchar por las cosas importantes y, si demostráis que estáis a la altura, después quizá tengáis un 100 por 100 de votos en las siguientes elecciones y podáis conseguir no solo llevar un adhesivo en el coche si no la independencia... si de verdad la queréis y no es más que una forma de vida.

Y ya para acabar, está claro que los ciudadanos actuales pasan de todo y eso se ve cada día. El ciudadano solo se moviliza al calor de los medios de comunicación y al poco tiempo solo quedan unos pocos luchando. El ejemplo más claro lo tenemos en los "indignados", pasada la euforia inicial ¿Cuanta gente a quedado en las plazas luchando?.
Posiblemente el próximo fin de semana algún diario entregue adhesivos "CAT" al que compre su periódico (buen negocio) y quizá alguien ya esté imprimiendo adhesivos CAT (buen negocio).

La pela es la pela, por eso, dejaos de gilipolleces y dedicad el tiempo a los problemas reales del ciudadano.