viernes, 28 de enero de 2011

CADA VEZ MÁS VIEJOS



Artículo basado en los Datos de la Estadística de Movimiento de Población del Instituto Nacional de Estadística (INE), extraídos y editados a partir de la información publicada en diversos medios de comunicación el día 27 de enero de 2011.
 
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El descenso de la natalidad registrado por primera vez en 2009, tras una década de aumento constante, continúa la misma tendencia en el primer semestre del 2010, cuando se registraron un 3,2 por ciento menos de nacimientos que en el mismo periodo del año anterior.

Menos niños y cada vez más tarde: la edad de maternidad ha alcanzado el máximo histórico de 31,12 años, una tasa que llega hasta casi los 32 años en las madres de nacionalidad española. El indicador coyuntural de fecundidad (número medio de hijos por mujer) disminuyó a 1,38 hijos por mujer en el primer semestre de 2010, desde 1,39 en 2009 y 1,46 de 2008.

Según el INE, la menor fecundidad se observa tanto entre las mujeres de nacionalidad española (1,32), como entre las extranjeras (1,65), que además suponen el 20,1 % de las nuevas madres. Si bien estas últimas tienen sus hijos en edades más tempranas que las españolas (28,5 años de media frente a 31,8), los datos reflejan cómo en solo siete años la media de edad a la que deciden tener a su primer hijo se ha retrasado más de un año.

En 1976, cada mujer tenía una media de 2,80 hijos y ahora tiene 1,38. Estamos lejos del 2,1 del umbral necesario para que se asegure un recambio generacional.

La pirámide de población invierte cada vez más sus escalones en nuestro país. Mientras desciende de forma alarmante la natalidad, la esperanza de vida crece llegando a los 78,66 años para los hombres y los 84,65 de las mujeres.

Si cruzamos los datos de nacimientos con los de fallecidos en España, se observa cómo los porcentajes se acercan peligrosamente. Así, la tasa bruta de natalidad en 2009 fue de 10 niños por cada mil habitantes, mientras que la cifra de defunciones supera los 8 por cada mil.

Los motivos de este descenso constante en la tasa de fecundidad, desde mi punto de vista, son diversos:

* Tendencia a intentar disfrutar cada vez más de nuestra vida y nuestra libertad, lo que lleva a quien quiere ser madre apurar al máximo para poder salir de marcha, viajar, hacer actividades diversas, etc.

* La inestabilidad laboral hace que las parejas retrasen su primer hijo a la espera de encontrar un trabajo estable o una cierta seguridad en el trabajo conseguido.

La falta de conciliación en las empresas, con jornadas partidas que llevan a estar todo el día fuera de casa, más aún cuando el trabajo lo tenemos a muchos kilómetros de nuestro domicilio.

* Un futuro incierto y con perspectivas poco positivas, que lleva a muchas personas a plantearse si merece la pena traer a una nueva persona a este mundo.

* Las perspectivas de no poder educar directamente a los hijos por la imposibilidad de estar con ellos y tenerlos que dejar en manos de cuidadores particulares, guarderías o familia.

* Los sueldos bajos impiden o dificultan tener más de un hijo si le queremos dar una cierta calidad de vida o incluso si queremos poder pagarle las necesidades mínimas (y menos mal que muchas parejas pueden contar con sus padres para cuidar de los nietos, dándose el caso de los abuelos esclavos).

España envejece sin que la entrada de inmigrantes sea capaz de detener el proceso. Las extranjeras residentes en nuestro país se han ido asimilando a las españolas y cada vez tienen menos hijos.

¿Es mala esta situación?. Pues no tengo ni idea, la sociedad evoluciona (que no necesariamente quiere decir que mejora) y se adapta a las nuevas circunstancias de forma paulatina.

El futuro lo hacemos nosotros con nuestras acciones del presente.

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